October 30, 2006

Desde un hospital

I.
Había olvidado el frío que ronda
en los hospitales.
Frío de miedo
Frío de tristeza
Frío de incertidumbre
Frío de muerte
Frío de soledad...

Es un frío que cala los huesos
hiere el alma
y jamás se quita...


II.
Me siguen sorprendiendo
esos seres llamados
enfermeras.

Con paciencia y caracter
cuidan
limpian
arreglan
observan
consuelan
a los enfermos.


Dicen que es su trabajo
pero ellas tienen
el toque de un ángel
para hacerlo con su sonrisa.




III.
El tiempo en un hospital no se mide
por hora convencional.

Se mide
por lágrimas derramadas,
suspiros ahogados,
esperanzas aferradas,
personas que se han ido...

Me doy cuenta que quizá
el tiempo en un hospital
es la hermana con cofia
de los amores fallidos.




IV.
Después de tanto tiempo
de mi experiencia
de mis recuerdos
Hace 7 años....

Ahora....

Lo tengo muy claro:

No quiero tener una enfermedad larga
que me tenga postrada en una cama de hospital.

Prefiero un tiempo breve pero intenso de vida
para irme con dignidad.

Que quede asentado: No me resuciten, déjenme ir.




V.
Para aquellas personas que quieran vivir
la eternidad
he aquí una forma de experimentarlo:

Pasar toda una noche
- en vela -
cuidando un enfermo
en una cama
en un hospital
envuelto en frío
frío de impotencia y soledad...



Mariposa de humo
29-30/oct/06


1 comment:

José Zarzi said...

cuando el agua aflora regurgita la tierra sus cimientos, los pies, las manos se abalanzan como si el aire se escapara como si a las tres de la tarde la cola de humo de un aeroplano fuera dibujando nuestra ultima sentencia sobre el cuello.
me gusto, mucho