Lo sabía.
Lo he constatado nuevamente y ya no tengo duda: Soy rápida, soy veloz.
Cuando lo sospeché, estaba junto a él. La ocasión invitaba al acercamiento, al roce, al goce... La inquietud y el golpeteo de mi sangre me puso alerta a los sentimientos que comenzaban a brotar, y fuí tan rápida en mi reacción que no me dí cuenta de mi velocidad hasta después.
..........
Nuevamente sucedió. Él de pié y yo a su lado, cerca. MUY cerca.... Podía percibir nuestros cuerpos cálidos, el aroma de él, la oportunidad del roce, el deseo de acariciar su espalda...
Estuve atenta a mi inquietud, a esos sentimientos que comenzaban a despertar y pude ver mi rapidez una vez más. Cuando todo pasó, me alejé con paso firme sin mirar atrás pensando en ésta habilidad, sorprendida de mi misma...
Puedo revivir esos momentos con solo cerrar mis ojos... Cuando los sentimientos y mi deseo de acariciarle se quieren hacer presentes en mi interior, con movimientos veloces pongo distancia de por medio, acorazo mi alma, cubro mi corazón, me oculto de ellos y los dejo pasar de largo sin dejarlos entrar... Que no se detenga el amor mucho tiempo frente a mi corazón porque ¡No me podrá alcanzar!.
Soy muy rápida. Soy muy veloz.
25/ene/06
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